¿Qué es el Registro de Impagados Judiciales o RIJ?
El Registro de Impagados Judiciales es un registro de morosidad que recoge todas aquellas deudas reconocidas mediante una resolución judicial firme. Los abogados de las empresas o personas que demandan el dinero facilitan esta información al registro con el objetivo de dar a conocer qué personas tienen deudas.
Estar en el Registro de Impagados Judiciales hace mucho más difícil que nos puedan volver a dar préstamos, financiación o tarjetas. Los bancos y empresas consultan este listado para conocer el estado de solvencia de una persona y prevenir impagos. Por lo que si aparecemos en esta lista difícilmente vamos a conseguir que nos den lo que pedimos.
Este registro se basa en el derecho a cobro reconocido en un juicio de las empresas con las que hemos contraído deudas. Con este registro pretenden garantizar su derecho a cobro tras la sentencia firme del juez.
A diferencia de otras listas de morosidad como ASNEF, el Registro de Impagados Judiciales también recoge deudas entre particulares con sentencia firme así como incumplimientos de contratos de alquiler.
Salir del Registro de Impagados Judiciales con la Ley de la Segunda Oportunidad
La Ley de la Segunda Oportunidad permite que cualquier persona insolvente pueda renegociar o cancelar su deuda. Una vez termina este procedimiento, la persona sale de todas las listas de morosidad y deja de sufrir acoso telefónico por deudas.
Lo que anteriormente tan solo podían hacer las empresas al declararse insolventes y hacer un concurso de acreedores, desde 2015 también pueden hacerlo autónomos y cualquier persona.
Elimina tus deudas y sal de los registros de morosidad
Renegociar o cancelar la deuda con la Ley de la Segunda Oportunidad
En una primera fase de la Ley, proponemos un acuerdo extrajudicial a las empresas que demandan el dinero para renegociar la deuda. Este acuerdo pasa por una reducción de la deuda que puede llegar a ser de más de la mitad. La deuda restante se ajusta a las posibilidades de pago de la persona endeudada y se distribuye a lo largo del tiempo, hasta un máximo de 10 años.
Después de esta reestructuración de la deuda, el cliente tan solo tiene que pagar una pequeña cantidad que poco tiene que ver con las cantidades que demandaban las empresas antes del acuerdo.
Si no se llega a un acuerdo, procedemos a solicitar la cancelación total de la deuda vía judicial.
Cuando este procedimiento se ha resuelto, ya sea con una renegociación de la deuda o una cancelación, salimos del Registro de Impagados Judiciales. Al haberse resuelto todas las deudas que teníamos, nuestro nombre ya no aparece en estos registros. Salir de todas las listas de morosidad nos permite volver a pedir financiación y tarjetas si así lo deseamos.
Volver a empezar de cero es posible gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad.