¿Qué son los acreedores bancarios?
Un acreedor es aquella entidad o persona que puede exigirte legítimamente el pago de una deuda. Esto es así porque anteriormente habrás llegado a un acuerdo y firmado un contrato con ese acreedor por el que te comprometes a pagar en un plazo determinado. En este caso, vamos a explicar qué son los acreedores bancarios y qué hacer si tienes deudas pendientes con ellos.
¿Qué son los acreedores bancarios?
Los acreedores bancarios son aquellas obligaciones de pago que hemos contraído con entidades bancarias. Es decir, cuando un banco nos exige el pago de una deuda, se trata de un acreedor bancario.
Existen muchos otros tipos de acreedores, ya que podemos contraer obligaciones de pago con otros tipos de entidades y personas: trabajadores, proveedores, acreedores privados, etc.
En una primera clasificación, podemos distinguir entre acreedores personales y acreedores reales:
- Los acreedores personales son aquellos donde no existe ningún documento que justifique la deuda. Como, por ejemplo, cuando un amigo o familiar te presta dinero. Al no existir un documento que certifique la prestación de este dinero, legalmente la obligación de pago no existe. Esto implica que, difícilmente, el acreedor podrá realizar alguna acción legal si el deudor no paga.
- Los acreedores reales son aquellos en los que se firma un contrato entre el deudor y el acreedor que presta el dinero, con términos establecidos y el derecho a reclamar la deuda.
Los acreedores bancarios se ubican en esta segunda categoría, ya que cuando contraemos una deuda con ellos, firmamos unos contratos donde nos hacemos responsables legalmente.
¿Qué ocurre si no puedo pagar estas deudas?
A día de hoy, tener acreedores, es decir, obligaciones de pago, es lo más habitual. Es el caso cuando pedimos una hipoteca para comprar una vivienda, o cuando utilizamos una tarjeta de crédito. Si nuestra situación económica nos permite ir pagando estas deudas en el plazo acordado, no habrá ningún problema.
Los problemas empiezan a surgir cuando no podemos pagar las deudas que tenemos a nuestro cargo. Con la crisis económica y la posterior crisis del COVID-19, esto es algo que lamentablemente sucede a menudo. Una bajada de ingresos repentina puede hacer tambalear la economía familiar y empezar a tener deudas pendientes de pago.
En estos casos, lo más habitual es que el banco se ponga en contacto con el deudor para informar de la situación de impago y buscar una solución. Esta primera solución puede ser la fijación de unos nuevos plazos de pago, junto a unos nuevos intereses por la demora del pago.
Elimina las deudas de los bancos con la Ley de la Segunda Oportunidad
Juicio monitorio
Si no pagamos de forma continuada, el banco podrá solicitar un juicio monitorio por el que te exigirá el pago de la deuda de forma judicial. Este juicio monitorio es un procedimiento judicial que tiene como objetivo agilizar el cobro de las deudas impagadas. Además, lo que hace este juicio es anular la prescripción de la deuda. Por lo que esperar a que simplemente la obligación de pago caduque no es una buena opción, ya que normalmente los bancos iniciarán recursos legales para paralizar esa prescripción.
El banco, en este caso, presentará la documentación que justifique que la obligación de pago existe y es una deuda dineraria, vencida y líquida. Es decir, que se trata de una deuda que se debería haber pagado ya y que la cantidad exigida es conocida y cuantificable.
Una vez se ha determinado que la deuda es real y exigible, el juez dará 20 días al deudor para que pague dicha deuda. En caso contrario, el juez otorgará el poder al acreedor bancario de cobrarse la deuda con el embargo de los bienes necesarios.
A su vez, también puedes oponerte a la petición del juicio monitorio alegando que la documentación aportada por el acreedor no justifica la deuda, que la cantidad es incorrecta, u otras razones.
Hipotecas
En el caso de las hipotecas, puedes solicitar una moratoria en tu hipoteca antes de llegar al juicio monitorio. Si tienes una hipoteca que te está costando pagar, puedes ponerte en contacto con tu entidad bancaria y pedir una moratoria de la hipoteca.
Con la moratoria lo que haces es modificar temporalmente el contrato de la hipoteca para pagar una cuota reducida, o incluso dejar de pagar, durante unos meses. Para solicitar esta moratoria no hay unos requisitos establecidos, sino que cada banco negocia con su cliente de forma personal e individualizada. En este sentido, la flexibilidad de los bancos por el contexto en el que nos toca vivir permite que se lleguen a más acuerdos que antes.
Como tendrás que negociar las cláusulas de la moratoria con el banco, lo más recomendable es que estés acompañado de un abogado experto que te asesore y consiga la mejor moratoria posible: sin cambios en el interés de la hipoteca que repercuta negativamente en tu economía a largo plazo ni la adquisición de otros productos bancarios asociados.
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Tengo varias deudas que no puedo pagar
En este caso, lo mejor que puedes hacer es evitar el juicio monitorio y paralizar el embargo de los bienes. Para hacer esto, debes acogerte a la Ley de la Segunda Oportunidad. Esta Ley permite que cualquier persona que no puede pagar sus deudas, pueda reducir o eliminar sus deudas mediante un procedimiento judicial.
Si tienes varias deudas con impagos, la Ley de la Segunda Oportunidad te permite declararte insolvente y reestructurar tus deudas. No importa si se trata de deudas con el banco, con la Seguridad Social, con otras entidades financieras online, etc. La Ley de la Segunda Oportunidad permite eliminar todo tipo de deudas, seas particular, empresario o autónomo.
Para que todo el procedimiento termine con la cancelación de las deudas, lo mejor es que estés acompañado de un despacho especializado como el nuestro, con miles de casos de éxito por toda España. Gracias a la Ley de Segunda Oportunidad hemos salvado multitud de viviendas y vehículos, reduciendo las deudas con impagos y manteniendo la casa del deudor.
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